sábado, 28 de mayo de 2011

Libritos de berenjena

Sencillito, siguiendo en mi linea, fácil y recurrente. Estupendo para acompañar como guarnición, o para sorprender con una tapa diferente.

Ingredientes:
  • 1 berenjena mediana
  • 3 lonchas de tranchetes
  • 3 lonchas de jamón dulce
  • 1 huevo
  • harina, pan rallado
  • pimienta molida
  • sal

Preparación:
Debido a que la berenjena se oxida enseguida, es importante primero prepararlo todo antes de cortarlas.
Preparamos 3 platos ondos, uno con la harina, otro con el huevo, otro con el pan rallado mezclando un poco de pimienta.
Cogemos las lonchas de jamón dulce y las cortamos aproximadamente en 4 trozos cada una, dependiendo del tamaño, lo que sí tenemos que tener en cuenta es que queden de un tamaño adecuado a la rodaja de berenjena.
Cortamos cada loncha de tranchete en 4 y repartimos 1 trozo de queso por cada trozo de jamón dulce.
Con ya todo preparado, empezamos a cortar las berenjenas.
Si disponemos de una mandolina de cortar, mejor, pero si no es así intentaremos cortar las berenjenas lo más finas posibles.
Rodaja de berenjena, jamón dulce+queso, rodaja berenjena.
La prensamos un poco con las manos y rebozamos, primero harina, luego huevo y después pan rallado.
Cuando tengamos todas las berenjenas rebozaditas, las freímos en abundante aceite.
Cuando las saquemos las pondremos sobre papel absorvente para quitarles el exceso de aceite.

Yo lo he preparado como libritos, pero si se cortan a lo largo, se pueden enrollar como unos flamenquines, como siempre, las combinaciones son infinitas, solo depende de las ganas y la imaginación que se le heche.
Probad también con calabacines, o en lugar de jamón dulce, jamón salado o fiambre de pavo o pollo.
Aquí he utilizado una berenjena mediana, me han salido unos 12 libritos, teniendo en cuenta que he aprovechado las lonchas más grandes.

domingo, 1 de mayo de 2011

Roscos

Hace tiempo que no hacía estos roscos, pero el otro día, aprovechando que estaba lloviendo y no se podía hacer gran cosa fuera de casa, decidimos hacerlos.
Esta receta la tengo desde hace más de 10 años.

Primera recomendación: no seáis avaricios@s.
Si nunca los habéis hecho primero empezad con las cantidades de esta receta, y a razón de la cantidad que saquéis, ya sabéis para la próxima por cuanto hay que multiplicar.
En este caso yo no hice caso de mi propio consejo, utilizamos una docena de huevos y estuvimos horas y horas haciendo roscos, y la verdad que resulta un poco cansado.
En la foto solo hay solo unos cuantos, pero llegamos a hacer casi un centenar.

Ingredientes:
  • 2 Huevos
  • 16 cucharadas de aceite
  • 16 cucharadas de leche
  • 16 cucharadas de azúcar
  • 2 sobres dobles de gaseosa
  • Ralladura de 1 limón
  • 1 copita de anís
  • Harina, la que admita
  • Azúcar para rebozar los roscos
 
Preparación:
En un bol batimos los huevos, le hechamos el aceite, el azucar, la leche, la ralladura de limón, el anís y lo mezclamos.

En este momento ya podemos ir hechando la harina. Tiene que quedar una masa que sea manejable pero hay que ir con cuidado de no pasarse de harina porque luego los roscos quedan duros. Particularmente no me gusta este tipo de recetas en las que no te pone una cantidad exacta, pero la receta es así, que le vamos a hacer.

Añadimos los sobres de gaseosa y seguimos amasando.
En una sarten preparamos abundante aceite (para darle algo de sabor se pueden freir unas cáscaras de limón o naranja) iremos haciendo los roscos con la masa y los iremos friendo en el aceite.
Como veis en la foto, probamos de ir haciendo los roscos, los dejamos en el marmol y luego los fuimos hechando a la sartén, pero esto hace que queden un poco aplastados, por lo que recomiendo ir haciendo los roscos conforme se van friendo.

Una vez fritos podemos rebozarlos de varias formas, yo os sugiero estas dos:
  • Conforme los vayamos sacando del aceite los mojamos en el agua con anís y luego directamente a una mezcla de azúcar y canela. Después los dejaremos sobre un papel absorbente para quitar el exceso de líquido.
  • Hacemos un almibar con agua y azúcar. Conforme vayamos sacando los roscos, los dejamos apartados para que se enfríen un poco y puedan ser manejables, cuando ya se puedan coger con las manos, los vamos bañando en el almibar.
En esta ocasión yo elegí la opción del almíbar, se utiliza menos azúcar y luego quedan más jugosos.
NOTA: Están muchísimo más buenos de un día para otro.